fui al psiquiatra, se me colo descaradamente una paciente, la administrativa me trató pésimo, el médico cambió, en la receta, el diagnóstico por el tratamiento. dos hombres desconocidos en cuadras distintas me dijeron hola bajo la tormenta después de mirarme las tetas, se empezó a mojar la receta y apareció un café de vereda con dos sillas vista a la lluvia, que me acaricia la espalda y una pierna. pido un americano negro, con qué, me pregunta la chica, sólo, digo yo, me repregunta, siempre me repreguntan. espero. qué. no sé.
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